Love me!


- Hay dos o tres cosas que nunca me has pedido y lo lamente. Habría sido capaz.
_______________+ ¿Qué cosas?
_______________- Comer hormigas. Insultar a los parados que salen del INEM. Amarte como loco


Jeux D'enfants

If I said...


¿Y cambiaría en algo si te dijera que nadie te va a querer nunca tanto como yo te quiero?



The Butterfly Effect

It's so beautiful


"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un trayecto en tres etapas a través del paladar e impacta, en el tercero, en los dientes. Lo. Li. Ta.
Era Lo, Lo a secas, de mañana, con su metro cincuenta y una sola media. Era Lola en pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores sobre la línea punteada. Pero en mis brazos, era siempre Lolita."




Lolita, Vladimir Nabokov

I'm fine... that's the problem




+ ¿Cómo estás? ¿Estás bien?
- Siempre estoy bien.
+ Ese bien, ¿es un código de Señor del Tiempo por no estoy bien en absoluto?
- ¿Por qué?
+ Porque yo también estoy bien.
- [...]






Dr.Who, 4x09, Forest Of The Dead

Love destroys


El niño tenía seis años, su padre le dio un halcón para que lo adiestrara.
-Los halcones son aves rapaces... que matan pájaros - le dijo su padre - son los cazadores de sombras del cielo.
El niño permanecía junto al ave constantemente, hablándole para mantenerla despierta e incluso poniéndole música, porque se suponía que un ave cansada es más fácil de domar. Aprendió a manejar el equipo: las pihuelas, el capuchón, la caperuza, la lonja, la correa que sujetaba el halcón a su muñeca. Se suponía que debía mantener ciego al halcón, pero no tenía valor para hacerlo; en vez de eso intentó sentarse donde el pájaro pudiera verlo mientras le tocaba y le acariciaba las alas, deseando con todas sus fuerzas que aprendiera a confiar en él. Le daba de comer con la mano y al principio el halcón se negó a comer. Más tarde comió con tanta ferocidad que el pico hirió al niño en la palma de la mano. Pero el niño estaba contento, porque era un progreso, y porque quería que el pájaro le conociese, incluso aunque el ave le dejara sin sangre para conseguirlo.
Empezó a ver que el halcón era hermoso, que sus alas delgadas estaban pensadas para la velocidad en el vuelo, que era fuerte y rápido, feroz y delicado. Cuando descendía hacia el suelo, se movía como la luz. Cuando aprendió a describir un círculo y posársele en la muñeca, él casi gritó de júbilo. A veces el ave saltaba a su hombro y ponía el pico en sus cabellos. Sabía que su halcón le quería, y cuando estuvo seguro de que no sólo estaba domesticado sino perfectamente domesticado, fue a su padre y le mostró lo que había hecho, esperando que se sentiría orgulloso.
Pero en vez de eso, su padre tomó al ave, ahora domesticada y confiada, en sus manos y le rompió el cuello.
-Te dije que hicieras que fuese obediente - le dijo su padre. Y dejó caer el cuerpo sin vida del halcón al suelo. - Pero tú le has enseñado a quererte, los halcones no existen para ser mascotas cariñosas: son feroces y salvajes, despiadados y crueles. Este pájaro no estaba domado; había perdido su identidad.
Más tarde, cuando su padre le dejó, el niño lloró sobre su mascota, hasta que finalmente el padre envió a un criado para que se llevara el cuerpo del ave y lo enterrara.
El niño no volvió a llorar, y nunca olvidó lo que había aprendido: que amar es destruir, y ser amado es ser destruido.



The Shadow hunters, Cassandra Clare

y mi vida del revés...


Dices que me pierdo a cada instante, que el futuro está en el aire y mi vida del revés.
Ya sé que siempre dices lo que piensas, por eso siempre escucharé aunque me duela.






The last move


Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.

Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.

Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.
El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.

Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.

El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.
No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.

Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.

Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.

Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.

Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.

El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio alguna reforma en fachada y estructura. Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.


Risto Mejide

Shyness


Es curioso, cuando la gente te llama tímida, suele sonreír. Como si hiciera gracia, como si se tratara de una de esas manías que acabas perdiendo cuando te haces mayor, como los huecos que te quedan entre los dientes cuando se te caen los de leche. Si supieran lo que se siente cuando no solo se trata de que te cueste romper el hielo, sino de ser tímido de verdad, no sonreirían. Se lo pensarían dos veces si supieran que esa sensación te atenaza el estómago, o te hace sudar las manos, o te impide decir algo que tenga sentido. No hace ninguna gracia.



Midnight, Claudia Gray

The walls of life


Todo se reduce a unos muros, el que debo saltar para acabar mis practicas, el que debo sortear para poder entrar en un quirófano y luego esta el más importante, el que te separa de la gente con la que trabajas. No ayuda coger confianza, ni hacer amigos, debes levantar un muro que te separe del resto del mundo, cierta gente es demasiado peligrosa, todo se reduce a unos muros que levantas con arena rogando, que nadie los salte.

En algún momento hay que decidirse, los muros no mantienen a los demás fuera, si no a ti dentro. La vida es un caos, somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos. Lo único que se, es que si finalmente te aventuras a cruzar las vistas al otro lado son fantásticas.


Grey's anatomy, 1x02, The First Cut Is The Deepest
Gracias por tu visita ^^